Cosas del barrio

Si buscás historietas, acá no hay.

San Cayetano de Liniers

Uno de los lugares históricos del barrio de Liniers es el santuario de San Cayetano, quizá el santo católico más popular que reúne a miles de creyentes convirtiendo la calle Cuzco, a media cuadra de la Estación del tren, en un punto de atracción socio-cultural.

Pequeña Bolivia: Picante y cumbia aquicito

En sólo cuatro cuadras emplazadas en el extremo oeste de la Ciudad se levanta el barrio boliviano, un lugar donde se reconstruye el paisaje potosino con sus sabores picantes y cumbia a todo trapo, pero al nivel del mar.

El barrio en fotos

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Las mil casitas

El barrio municipal fue un reflejo de las políticas que beneficiaron a los trabajadores, de la mano de pintorescas viviendas sociales. Un siglo después, la fachada de cada una de ellas adquirió identidad propia pero el espíritu sigue intacto

Vélez: Una máquina social

Desde su instalación en las cercanías del arroyo Maldonado, le ha dado vida a la zona. Vélez Sarsfield, la institución que ayudó al desarrollo del barrio porteño de Liniers.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Disminución de tiempo, más tranquilidad

Las dificultades de congestión de una ciudad como Buenos Aires necesitan de diferentes medidas para su solución, entre ellas desalentar el uso del automóvil particular y desarrollar el transporte público.

Por lo que, el Metrobús se convirtió en una alternativa eficaz en la localidad de Liniers para tener un sistema de transporte de alta calidad, rápido, limpio y eficiente.

El nuevo transporte conecta con la línea D de subtes y con el ferrocarril San Martín, en ambos casos a la altura de puente Pacífico, dando así, un recorrido de 12,5 kilómetros. Actualmente, no forma nodo con la línea B, ya que varias cuadras separan las estaciones del nuevo sistema y de ese subte; tampoco trabaja en su totalidad con ómnibus articulados para trasladar mayor cantidad de gente.

No obstante, el sistema tiene un gran potencial, como poder ser extendido en ambos sentidos -hacia Ciudad Universitaria, con la posibilidad de conectar con el Aeroparque Metropolitano, y hacia la provincia de Buenos Aires- y como convertirse en el primer sistema informatizado de colectivos.

Se trata, en todo caso, de un sistema de colectivos que corren por carriles exclusivos centrales y paradas cada cuatro cuadras, con la principal ventaja para los pasajeros de una significativa disminución en el tiempo de viaje, además de una menor contaminación para el ambiente

Otro gran cambio es el de la identificación de las estaciones. Todas cuentan con carteles, como sucede en el subte o en el tren, con los nombres de las 21 paradas que tiene el recorrido, la denominación de cada estación y las líneas de colectivos que pasan por allí.

El Metrobús demandó una inversión de $ 100 millones. La obra se concretó en ocho meses. Según los cálculos oficiales, unas 125.000 personas utilizan diariamente el transporte público por Juan B. Justo, mientras que la circulación de autos particulares asciende a 50.000 vehículos.

Patricia Rodriguez, una vecina del barrio, comentó como es utilizar este nuevo servicio de transporte y aseguró que “hasta el momento cumple con el objetivo por el cual se instaló en la ciudad”.

Sonido by TinchoReynolds

Aquí la galería de imágenes.

El club que hizo grande a un barrio

Desde su instalación en las cercanías del arroyo Maldonado, le ha dado vida a la zona. Vélez Sarsfield, la institución que ayudó al desarrollo del barrio porteño de Liniers.
Sobre la Av. Juan B. Justo, en el tramo oeste de la Capital Federal, nos encontramos con una de las entidades deportivas más prestigiosas del país: el Club Atlético Vélez Sarsfield. Si bien esta institución centenaria se fundó en los alrededores de la localidad, a mediados de la década de los 40´ instaló un majestuoso estadio de fútbol, al que posteriormente le añadió una importante sede social que le dio vida y protagonismo al barrio.
José Amalfitani, por ese entonces presidente del “Fortín”, vio con buenos ojos la adquisición de unas tierras –despreciadas por la mayoría- para asentar las bases de su establecimiento. Ricardo Nicolini, editor del periódico “Cosas de Barrio”, comenta que en 1943 Vélez consiguió la cesión del pantano del Arroyo Maldonado por parte de las autoridades del Ferrocarril del Oeste. “Eran terrenos considerados irrecuperables por todo el mundo salvo para Amalfitani y un grupo de colaboradores”, aclara el dueño del medio que ya lleva 16 años ininterrumpidos dando las primicias del barrio.
La expansión y el desarrollo inmobiliario de la zona, en parte se ha dado por la importancia de Vélez Sársfield. Marta Bigi, una de las propietarias de la inmobiliaria más antigua de Liniers, coincide con que “la llegada del club fue muy importante. Se instaló en un sitio totalmente descampado. Las obras realizadas para la construcción de su estadio hicieron que se desarrolle todo un sector que hasta ese entonces no estaba explotado. Por otro lado, atrajo diversos medios de transporte con el fin de conducir a la gente al club, movilizó la zona con una gran cantidad de actividades y espectáculos organizados por la institución. Provocó un auge inmobiliario y un crecimiento del lugar”.

Hay una frase de Don “Pepe” Amalfitani que resume sus objetivos en la década del 50´: “El cemento es mudo. ¡Pero elocuente!”. Vélez Sársfield fue uno de los puntales en la trasformación de los viejos estadio de madera en cemento, generando un exponencial aumento de público.
Con el paso de los años, la entidad, de alguna manera, se convirtió en un gran centro de reunión para los habitantes: coloridos y multitudinarios festivales de carnaval en las puertas del club, conciertos y recitales con bandas nacionales e internacionales, sede del Mundial de Fútbol Argentina 78´, la visita del Papa Juan Pablo II en los 80´, fueron algunos de los eventos que pusieron el nombre de la barriada en boca de todos.
El club siempre estuvo al servicio de la sociedad linierense: una variada cantidad de deportes que van desde Básquet hasta Boccias (disciplina destinada a personas con movilidad reducida), así como su colegio que abarca los niveles primario, secundario y terciario, hacen que día a día movilice a gran parte de los residentes de Liniers. En
contrapartida a las destrezas físicas, la institución tiene una estrecha relación con la cultura, cumpliendo un rol fundamental en este aspecto. Desde cursos de jardinería, tango, canto, idiomas hasta teatro, dibujo y pinturas se destacan por su prestación a la comunidad.
Gabriel Fernández, presidente de la agrupación Unidad Velezana, expresa que “la realidad de Vélez va ligada al barrio. Lo que afecta a los vecinos, también afecta al club. Si alguno de los socios que caminando por la calle Barragán o Irigoyen rumbo a la sede sufre ilícitos, esto también nos afecta a nosotros. Es por eso que abrimos las puertas de nuestra sede (Álvarez Jonte 6437), para charlar al respecto. Entendemos que el club tiene un trato privilegiado con la Comisaría 44ª por la organización de los espectáculos de fútbol o recitales y eso hay que hacerlo valer en defensa de los propios socios que además viven en la zona. Las asociaciones deportivas no sólo son futbolísticas, son hechos sociales que se desarrollan al amparo de la gente cercana que las sostiene. La historia de Vélez Sarsfield siempre fue la voz de Liniers”.
A medida que fue conquistando títulos y posicionándose como una institución modelo del fútbol mundial, sus logros y hazañas fueron paulatinamente asociadas con el nombre del barrio, dándole una identidad al mismo: “Otro campeonato para conjunto de Liniers”, “El equipo de Liniers vence al poderoso Milán en Japón”, son algunos ejemplos de titulares que constantemente recorren los medios de comunicación.
Cuando se nombra Vélez Sarsfield, automáticamente se hace referencia a Liniers.

Para ver más fotos de este club...


martes, 25 de octubre de 2011

La (Basura, Cero) importa

La acumulación de desperdicios ya es parte de la postal cotidiana del barrio de Liniers: veredas, esquinas, alcantarillas y hasta los accesos a los edificios del barrio se encuentran cubiertos de mugre (ver galería de imágenes).

Según el último informe anual de la Subsecretaría de Atención Ciudadana, los reclamos por suciedad figuraron en 2010 al tope del ránking con casi 33 mil pedidos de atención inmediata, siendo el 57% de ellos originados en Liniers. La queja no sólo corresponde al mal olor que ocasiona, sino al posible contagio de enfermedades producto de ese almacenamiento. “Las más frecuentes suelen ser las infecciones respiratorias e intestinales. Si bien no son mortales, a veces pueden dejar secuelas en la salud”, indica el infectólogo Raúl Pisano.

Testimonio by TinchoReynolds

Para combatir este flagelo, el Gobierno porteño implementó en agosto último un sistema de higiene con el fin de cubrir, con contenedores de basura, a las 1.542 cuadras de la Comuna 9 de la que también forman parte Parque Avellaneda y Mataderos. Si bien muchos vecinos mostraron su satisfacción ante esta medida, otros denuncian que “no se hace foco en el verdadero problema”. “Hay que sancionar a los restaurantes de la zona que dejan todo tirado y sacan la basura cuando los camiones ya pasaron”, explica Jorge, un vecino de Liniers. Si bien no niegan las acusaciones, los gastronómicos acusan a los recolectores de basura de pasar temprano cuando ellos aún no tienen deshechos, de los que recién se despojan pasada la medianoche cuando cierra la cocina.

Que nos manden un mensaje de texto avisándonos cuando quieran que venamos”, declara irónicamente un recolector mientras carga las bolsas en el vehículo. “Nosotros cumplimos con el horario pactado”, agrega.

Opiniones cruzadas y ninguna respuesta viable para los vecinos de Liniers que deberán seguir padeciendo de las consecuencias de la basura hasta que alguien se haga responsable.

La libertad embalsamada

Los vecinos están cansados, sienten impotencia. Sus hijas tienen miedo y la sensación que latente es que nadie las protege. Todos esos sentimientos, surgen en la zona de Liniers, producto de una enorme proliferación de prostíbulos que amenazan con coartar la libertad de los habitantes del barrio. Mientras diversos establecimientos se siguen dedicando a la trata de personas y a la explotación sexual, el estandarte de la inoperancia de la justicia sigue flameando.
Actualmente hay 16 prostíbulos que todavía no se han podido eliminar. Sin embargo, los números no mienten: hace un año existían 35. ¿La fórmula? Organizaciones civiles y movimientos que no van a bajar los brazos hasta que Liniers sea un espacio libre de prostíbulos.
La Alameda es una de las agrupaciones que se dedica a la denuncia de hechos relacionados con el trabajo esclavo, a la asistencia de las víctimas y al reclutamiento de todas las personas que deseen colaborar con la causa. Lucas Schaerer, miembro fundador y redactor del portal Web, cuenta que este grupo civil se originó “por la necesidad de pelear con las mafias que coparon Liniers”.
Si bien la mayoría de estos lugares se disfrazan bajo la apariencia de whiskerías, bares o pubs, algunos realizan la actividad ilícita en departamentos privados cuyas tarjetas o volantes entregan en esquinas o en lugares estratégicamente elegidos, por donde pasan muchas personas. Aquí un mapa creado por La Alameda, el cuál busca dejar en evidencia la situación actual de Liniers como sede de lugares de explotación.

Ver HERMOSO LINIERS! en un mapa más grande
¿Cuál es la zona minada de lugares destinados a la explotación sexual? Desde la terminal de micros y ómnibus hasta los alrededores de la cancha del club Vélez Sarfield, se desarrolla un submundo que atenta directamente contra la libertad y contra los derechos humanos.
Si bien existen denuncias realizadas de parte de vecinos y del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina, todavía hay establecimientos vinculados con la trata de personas que siguen funcionando o que tardan en ser clausurados.
“El procedimiento es tedioso y tarda bastante. El problema a resolver es que en general, cuando se allanan los establecimientos los lugares ya han sido advertidos de los procedimientos algunas horas antes a que estos se realicen”, detalla Américo Arteaga, miembro de la Agencia Rodolfo Walsh, que se dedica a realizar notas sobre la mafia de los prostíbulos en Liniers. Si bien esto fue denunciado ante la justicia y el Ministerio de Seguridad de la Nación, el accionar legal sigue realizándose de la misma manera, sin intentar tapar las infiltraciones de información.
A pesar de que se sancionó la ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus víctimas, la complicidad del poder político e institucional sigue haciéndose el distraído. La parainstitucionalidad en la que se encuentra el país se hace notar cuando el crimen organizado coopta sectores del Estado para su impunidad. Esto involucra tanto a los tres poderes, como a la mayoría de los partidos políticos y jueces que avalan la explotación sexual. Ejemplos de esta corrupción sobran.
Dado que las historias hablan por sí solas, dejamos que Patricia Carreras Presas, una de las vecinas de Liniers cuente una de ellas para ilustrar la realidad que se vive en la actualidad:

Si los representantes políticos no cumplen con su deber, ¿quién lo va a hacer?

sábado, 22 de octubre de 2011

San Cayetano de Liniers


Uno de los lugares históricos del barrio de Liniers es el santuario de San Cayetano, quizá el santo católico más popular que reúne a miles de creyentes todos los 7 de agosto, así como también el séptimo día de cada mes. La capilla mantiene sus puertas abiertas durante todo el año, y cuenta con un servicio social vinculado a la atención de necesidades sociales y capacitación para distintos oficios, una escuela y un ateneo.

A partir de los fieles y peregrinos que acuden al lugar para “agradecer, pedir y rezar”, según cuenta una pareja que sale de San Cayetano, la Capilla ha tomado una popularidad que se refleja en los puestos comerciales cercanos: desde santerías y librerías sobre la temática hasta lecturas de manos. Allí, a media cuadra de la estación del tren, se entrecruza la esperanza y la desesperación, el agradecimiento, las tradiciones y las costumbres.

Es que el santo del trabajo convoca muchísimos fieles, sobre todo en la peregrinación del 7 de agosto, que se convierten en potenciales consumidores de recuerdos de su visita.
Promesas, pedidos, agradecimientos y tradición se entrelazan en la entrada al santuario.

De visita por el lugar, un grupo de personas nos cuenta su experiencia, y las causas por las cuales se acercan a Liniers. Sobre el día del santo, una de las asistentes del lugar explica cómo “se agranda la familia”.


Música: La Mississippi y Peteco Carabajal. 


Además, desde la escuela, el ateneo y los servicios sociales que ofrece, San Cayetano constituye un punto de atracción y de disparador cultural en la comunidad de Liniers.

Emilce, vecina del barrio explica el significado del santuario para el barrio y asegura que le da "una dinámica distinta".

Emilce

Más información: Ir al sitio del Santuario de San Cayetano

Las mil casitas de Liniers

Construido en 1924, el barrio municipal fue un reflejo de las políticas peronistas que beneficiaron a los empleados del Ferrocarril del Oeste; a cientos de familias que aspiraban a la conciliación de clases, de la mano de pintorescas viviendas sociales que resultaron unificadoras. Un siglo después, la fachada de cada una de ellas adquirió identidad propia pero el espíritu del barrio sigue intacto: un refugio para quienes, con menos recursos, mantienen “el sueño de la casa propia”. Antes y después de un rincón que es modelo de la transformación social porteña.


En el oeste de la Ciudad de Buenos Aires, dentro de Liniers, existe un sub barrio, conocido como “Las mil casitas”. Se trata de un grupo de viviendas municipales que fueron construidas a partir de 1924, por una ordenanza de la intendencia porteña (entonces a cargo del Dr. Carlos Noel), que llamaba a la creación del bariio Falcón-Tellier, como fue su nombre formal.


Ver mapa más grande

Según explica Ignacio Messina, vecino y autor del libro Liniers, Contame tu historia, las primeras casas se edificaron sobre la manzana comprendida entre las calles Ramón L. Falcón, Carhué, Cosquín e Ibarrola. Luego, el barrio se extendió hasta la calle Tuyutí, y, posteriormente, hasta Boquerón. Basta mirar el plano del barrio para notar que el ejido se dio en un sinfín de pasajes angostos y paralelos (todos con nombres de aves autóctonas) que conformaron una estética muy particular.
Se trataba de casas de dos plantas, todas con la misma estructura, de 8,66 de frente por 8.66 metros de largo, con el mismo diagrama de las que se habían realizado previamente en los barrios sociales de Flores y Floresta. Se caracterizaban por tener ventanas altas y alargadas, puertas finitas, dos habitaciones y dos baños, y un entrepiso que servía como baulera.
Si bien originalmente la idea de la Municipalidad y la Compañía de Construcciones Modernas, encargadas de su desarrollo, era armar petit hoteles inspirados en casonas holandesas, por la gran demanda, se resolvió adjudicarlas a través de sorteos mediante escribano público. La comisión a cargo de esta distribución se denominó “Comisión de Casas Baratas”, por lo que pronto se conocería a la zona como “las mil casitas baratas”.
Sin embargo, y aunque se trataba de un barrio social integrado por familias de trabajadores, en sus inicios sus habitantes eran conocidos como “pitucos de Las Mil Casitas” por los obreros que habitaban las zonas aledañas, según explica Messina en su libro.
El destino de este barrio cambiaría rotundamente luego de la crisis del 30, cuando la constructora tendría que retirar sus aportes y el complejo edilicio quedaría en manos de la Municipalidad., que obligó a los compradores a firmar un nuevo contrato que fijara nuevos valores a las cuotas de los créditos de vivienda.
A partir de los 60s, con un avance de la economía, las familias que habitaban el barrio ahora llamado municipal, comenzaron a reformar sus casas, de modo de distinguirlas de las de sus vecinos y adaptarlas de acuerdo a sus propias necesidades.
Las fachadas fue lo primero que se cambió: se pintaban los frentes, se adaptaban las ventanas para que tuvieran una forma cuadrada y más amplia que la alargada habitual. En algunos casos hasta se optó por plantar enredaderas que cubrieran por completo la fachada. También se realizaron reformas más estructurales, como el techado la ampliación de terrazas y, con la llegada masiva de los automóviles, se optó por transformar en garajes muchos de los livings de la planta baja.
Sería a partir de los 90s que el barrio empezaría a sentir los primeros cimbronazos de la inseguridad y se comenzaría a incorporar rejas en ventanas y frentes, puertas blindadas y alarmas en la mayoría de las casas. Este nuevo panorama que se refleja en la estética de las fachadas de estas casas, es denunciada por agrupaciones de vecinos.
Pero más allá de que el barrio cambió mucho, sigue funcionando como un refugio para las familias de clase media trabajadora que, pese a los vaivenes de la economía, todavía sueñan con vivir en un barrio tranquilo, donde sus hijos jueguen en la vereda, y todos disfruten del sueño de la casa propia.

En primera persona
Zulema Álvarez y Mónica Rodríguez, dos vecinas del barrio municipal, cuentan su historia:




Si queres conocer más del barrio, pasá por nuestra galería de imágenes:
Mil Casitas

Pequeña Bolivia: Picante y cumbia aquicito

En sólo cuatro manzanas emplazadas en el extremo oeste de la Ciudad se levanta, con poco marketing, el barrio boliviano de Liniers, un lugar donde se reconstruye el paisaje potosino con sus sabores picantes, cumbia a todo trapo y  al nivel del mar.

“Giros a La Paz”, “Pasajes a Cochabamba”, “Bus al Barrio Charrúa”, “Se busca ayudanta de cocina”. Los carteles se dirimen entre las posibilidades de volver a la pachamama y las herramientas para subsistir lejos de ella.

En unas pocas cuadras conviven una decena de locales que abren a la calle en forma de verdulería, aunque venden de todo; al menos una quincena de restaurantes; dos galerías de ropa y calzado; unos cuantos pares de peluquerías; otra decena de casas de cotillón y, siempre que haya algún rincón que lo permita, incontable cantidad de vendedores de música y videos con espíritu de Carnaval.

Durante los primeros dos fines de semana de octubre, la comunidad boliviana en Argentina celebra en el Barrio Charrúa, del Bajo Flores, la festividad de la Virgen de Copacabana.




Shopping en Pequeña Bolivia
Si bien a simple vista casi todos los locales venden los mismos productos, varios locales con puerta sobre José León Suárez ofrecen ingredientes únicos, muy cotizados por los chef que buscan sabores extravagantes, como el del guacatay.

La cercanía y similitud geográfica permite que el pequeño paseo de compras boliviano sirva también a la comida peruana. Entre las vendedoras vestidas de chola se pueden reconocer los ajíes amarillos y el queso fresco de cabra con el cual se realiza la salsa huancaína, o bien maíces de todo tipo y color para beber chicha.

La oferta de verduras también es atípica para la Ciudad. Los cajones exhiben mandioca, plátanos verdes, paltas, maracuyá, lima y todo tipo de papas, incluso chuño, una especie que puede guardarse por años.

“Bueno y barato”, coinciden Isabel y Norma, quienes tomaron dos colectivos para buscar verdura que cumpliera con las dos premisas.

Entre los colores vivos de la verdura sobresalen los celestes y rosas de los altísimos pasteles de Gustavo, un orgulloso repostero de la escuela de Ariel Rodríguez Palacios.

En el marco de interculturalidad en el que Gustavo nos recibe, sus tortas no quedan al margen y por eso se realizan por encargo en el local Lencería-Cotillón, de José León Suárez 169 (interior).

La contracara
Claro que no todo es festejo para los inmigrantes, quienes deben cargar con la responsabilidad de todos los males del barrio, una idea que fue difundida por América Noticias y, en consecuencia, repudiada por el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, debido a la estigmatización y discriminación que el mensaje conllevaba.

La comunidad boliviana en Argentina, a pesar de ser la más antigua y grande del país, es también una de las más explotadas en los talleres textiles ilegales según denuncias de la organización La Alameda, especialista en esa temática.

¿Cómo llegar?
Avenida Rivadavia, hasta el fondo. A apenas 100 metros de la estación Liniers del Ferrocarril Gral. Sarmiento.

View Pequeña Bolivia - Liniers in a larger map


Historia de vida
Return to Bolivia es un documental sobre una familia de inmigrantes que atiende una verdulería en la Ciudad de Buenos Aires que vuelve a su país luego de ocho años de ausencia con el propósito de conseguir empleados para su negocio.

Te dejamos el trailer y te invitamos a pasar por el blog desde donde se puede descargar la peli completa.

Return to Bolivia - trailer
Mariano | Myspace Video

El que come y no convida...

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