
Uno de los lugares históricos del barrio de Liniers es el santuario de San Cayetano, quizá el santo católico más popular que reúne a miles de creyentes convirtiendo la calle Cuzco, a media cuadra de la Estación del tren, en un punto de atracción socio-cultural.
En sólo cuatro cuadras emplazadas en el extremo oeste de la Ciudad se levanta el barrio boliviano, un lugar donde se reconstruye el paisaje potosino con sus sabores picantes y cumbia a todo trapo, pero al nivel del mar.
El barrio municipal fue un reflejo de las políticas que beneficiaron a los trabajadores, de la mano de pintorescas viviendas sociales. Un siglo después, la fachada de cada una de ellas adquirió identidad propia pero el espíritu sigue intacto
Desde su instalación en las cercanías del arroyo Maldonado, le ha dado vida a la zona. Vélez Sarsfield, la institución que ayudó al desarrollo del barrio porteño de Liniers.